sábado, 15 de marzo de 2008

El sueño de Monk (II)

La personalidad de Monk, con serios trastornos de conducta que lo llevaban a caminar durante horas sin parar, o a comportarse como un autista en lapsos de tiempo cada vez más prolongados, fueron forjando en cierto aspecto el culto al artista “loco” que tanto le gusta a la gente. Algo parecido se puede decir de Charlie Parker, que se ganó un notable mito producto de sus famosas adicciones y su vida llena de situaciones bizarras. Coincido con Fischerman cuando señala que el culto a esos aspectos entorpecen el real interés a la grandiosa música que ambos artistas nos dejaron. Quiero decir, mucha gente conoce a Monk y a Parker, pero más por sus anécdotas de vida que por su música.

Luego de las sesiones de “It's Monk's Time” el cuarteto realizó una gira por Europa y vuelve a los estudios sobre la parte final del año, ahora con el bajista Larry Gales en lugar de Butch Warren. En New York se graban las sesiones para el álbum “Monk”, que contiene grandes versiones de “April in Paris” y “Just You, Just Me”, aunque creo que tal vez sea el disco más flojo del cuarteto para Columbia (sin que por eso sea malo, claro está). Luego parten para el oeste americano. En el It Club de Los Angeles se graba uno de los directos más celebrados de Monk “Live at the It Club”, restaurado en su versión CD con gran sonido. Otro en vivo de la misma época es “Live at the Jazz Workshop”, en este caso en San Francisco. El dato que debe remarcarse es que durante ese tiempo en L.A. (fines de 1964) y comienzos de 1965 en New York se realizan las tandas de sesiones para “Solo Monk”, que como su nombre lo indica, es un disco de interpretaciones de Monk solo al piano. Y es solo frente al teclado en donde Monk desarrolla con mayor énfasis su estilo stride, lo que tal vez hizo pensar, es su momento, que se trataba de un disco “retro” en días en que el jazz estaba gobernado por una imperiosa urgencia de “modernidad” (tendencia expresada en el free avant-garde), cuestiones que a Monk no parecían importarle demasiado. Él solo hacía su música y punto. Obviamente el paso del tiempo puso a “Solo Monk” (y los demás discos Riverside que el pianista había grabado en solitario) en el lugar de la modernidad absoluta que destilaba su constante tensión entre la tradición y la vanguardia.

En 1965 y 1966 le siguen una serie de giras por Europa para, a finales de ese año, sumergirse nuevamente en los estudios de Columbia, en New York, para grabar un nuevo álbum. Las sesiones se extienden hacia principios de 1967. El resultado sería otro disco muy bueno: “Straight, No Chaser”, con una versión superlativa de este clásico de Monk más otras piezas fantásticas como “Locomotiva”. El cuarteto tocaba en estudio como en directo: Monk y Rouse exponían el tema, luego desarrollaban sus respectivos solos para dejar a continuación a la sección rítmica, con solos de bajo y batería. Por lo general, y desde 1964, estas porciones rítmicas eran editadas por el productor Teo Macero para la confección final del LP. No se trataba de censurar a Gales ni a Riley, sino que lo imponía la duración del vinilo. En los tiempos de las reediciones en CD, ya en época de remasterizaciones (de los 90' en adelante) todas estas porciones fueron restauradas a la interpretación original, lo cual significó un importante agregado de minutos a la duración de los temas.

Durante aquel 1967, Monk giró por Europa con un conjunto de nueve músicos (tal como comenté más arriba) y luego, sobre finales de año, volvió para registrar un nuevo álbum en Columbia, titulado “Underground”. Aquí se presentan nuevos temas extraordinarios como “Ugle Beauty” y “Boo Boo's Birthday”, entre otras magníficas interpretaciones, como las dos en trío (sin Rouse) “Thelonious” y “Raise Four”. El cantante Jon Hendricks se suma para la versión de “In Walked Bud” y en el film de Eastwood “Straight, no Chaser” hay un valiosísimo documento de las sesiones de grabación del disco, con discusiones entre Monk y el productor Teo Macero. “Underground”, completado en 1968, sería el último álbum de gran importancia de Monk para el sello. Presenta una curiosa tapa, con el pianista uniformado de guerrillero al estilo “maquí” francés, sentado al piano mientras un oficial alemán es prisionero atado a una silla. Se suma a otras tapas significativas y curiosas como la de “Solo Monk” en donde aparece una ilustración de Thelonious con gorro y antiparras de aviador en los tiempos de la Primera Guerra Mundial.

Finalmente, llegamos a la última sesión de Monk para Columbia, registrada en Hollywood, California, en noviembre de 1968. El disco se llama “Monk's Blues” y es algo curioso: presenta temas de Monk interpretados por él mismo al piano pero acompañado por una orquesta con arreglos del gran Oliver Nelson. Sin ser un mal disco, las cosas por alguna razón no salieron del todo bien y sin dudas es una obra menor en su discografía.

Ya a comienzos de la década del 70', Thelonious Monk no estaba más en Columbia y tocaba y grababa muy poco. Tal vez lo último de gran valor sean esas sesiones en trío junto al bajista Al McKibbon y el célebre baterista Art Blakey para el sello Black Lion, registradas en Londres en noviembre de 1971.

Luego Monk dejó de tocar. Un día habrá decidido que no tenía nada más que decir y abandonó la música. Así de simple. Nunca he conseguido saber detalles de lo que hizo Monk en sus últimos 10 años, retirado de todo. Finalmente muere en 1982.

Detrás, queda su impresionante legado, tocado una y otra vez por montones de músicos de jazz que constantemente le rinden tributo. Hay varios discos enteramente dedicados a las composiciones de Monk. No he escuchado muchos, pero quisiera señalar un par que me fascinan: el del siempre discutido Wynton Marsalis (pero al que yo adhiero como un fan incondicional) “Marsalis plays Monk”, con arreglos fantásticos de varios clásicos monkianos interpretados por el septeto de Wynton entre 1993 y 1994 (aunque el disco fue editado recién en 1999) y otro que es una sorpresa por venir del mundo del rock: el del guitarrista de The Police, Andy Summers, confieso fan de Monk que le dedica un disco a su tributo (“Green Chimneys. The Music of Thelonious Monk”, 1999), con creativas y originales versiones de sus temas y hasta un “Round About Midnight” cantado por Sting.

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